No es definible la palabra
río:
río es cuando nos llega su agua mansa;
también es cuando el agua baja rauda,
o sube en busca del renacimiento.
Tampoco es definible cielo:
cualquier nube interpuesta lo malogra.
Aunque si escribo cielo en un papel
puede que ese papel se tiña azul
y puede que aquel río indefinible
resurja bravo y curvo
y en sintonía queden río y cielo
atravesándose uno al otro
y lo que fue papel quedara en lienzo
de lo posible y lo probable,
de lo callado y de lo dicho.
El vacío tampoco es definible:
no existe como tal aunque está en todo.
Si ahora viniera el cielo y lo tapara,
o el río lo creyera sedimento,
si quedara el papel en blanco,
si quedara borrado todo,
¿no quedaría un resto de algo?
incluso si no hubiera habido nunca
río, cielo, papel o mano,
¿no quedaría entonces la posibilidad?
¿no somos eso nada más?
¿la posibilidad de lo improbable?