sábado, 28 de noviembre de 2009

DESDE LA OTRA ORILLA



Estos sencillos haiku están dedicados a todas esas personas que un día deciden echarse al mar, en busca de la otra orilla. Los que finalmente llegan, encuentran mucho desprecio, pero también muchas manos tendidas.

LOS HERALDOS NEGROS...

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!

Poesía de: César Vallejo








HAIKUS DESDE LA OTRA ORILLA


1
Ropas mojadas
y nuevas ilusiones.
Son los balseros.



2
¿Son refugiados?
¿o mejor exiliados?
¡Son inmigrantes!



3
¿Por qué se van
detrás de una esperanza?
¿Y por qué vienen...?



4
Desesperados,
bajo una oscura bruma,
llegan a cientos.



5
¡Cuánta miseria
en un corazón rico
se desarrolla!



6
Y ya a lo lejos
se ilumina, por fin,
la oscura playa.



7
¡Hay mucho nazi
con disfraz de demócrata,
hoy en Europa!



8
Ser inmigrante,
qué cosa más penosa.
¿Cual es su casa?



9
Allá a lo lejos,
una patera hundida.
¡Hay más, al fondo!



10
En la patera,
el miedo y la esperanza
se complementan.



11
Hombre descalzo
entre la arena blanca.
Toma mi mano.



12
Guardia Civil
y buitres esperando
los polizones.



13
Bajo la manta
alguien desconocido.
Yo veo mi imagen.



14
La piel morena
y los ojos cerrados
que ya no miran.



15
La fría manta
como único ropaje.
Y un sueño muerto.



16
¡Ya se lo llevan!
Y en la arena se quedan
muchas preguntas.



17
Ser inmigrante
es vivir el desarraigo;
y yo lo vivo.



18
Mejor morir
ahogados en el agua
que en el desprecio.



19
Que peor cosa
que sentirse inmigrante
en propia tierra.



20
Aunque nos pese,
una parte del Cielo
es para ellos.

martes, 24 de noviembre de 2009

DEFINICIONES




-DEFINICIÓN:
Opinión generalizada de lo definido, aunque puede haber otras igualmente aceptables, pero no aceptadas. Para Santi.

-FLOR:
Una muerte anunciada, justo en lo mejor de la vida.

-ESPEJO:
Fotografía sin Photoshop.

-BANDERA:
El arte de juntar y dividir, a la vez.

-MÚSICA:
Sonidos que se ven.

-CAMINO:
Espacio que se usa para alejarse o acercarse, según convenga.

-FOOTING:
Deporte que busca la vida sana, aunque eso no quede reflejado en la cara del practicante.

-TUMBA:
Espacio destinado al reposo eterno, que lo utiliza una persona que ya no existe y un cuerpo que pronto dejará de existir.

-VEHÍCULO:
Medio de transporte, cuyo uso inadecuado hace que mates o mueras.

-CIELO:
Lugar terrenal, no reflejado en ningún mapa.

jueves, 19 de noviembre de 2009

HAIKU




En este raro mundo de hoy, donde las modas y estilos de vida uniformados imponen su dictatorial filosofía, donde las personas buscan tierra firme en el caos en el que se encuentran, donde cada vez más gentes enredan su soledad con cables y aparatos y donde el limbo, la nada, lo virtual, va ganando más espacio y el lenguaje binario decide este raro mundo en el que nos ha tocado vivir, existe una tradición de otra cultura, un modo de entender la vida de una forma más apaciguada y tranquila, más sencilla y natural, en la que la poesía sin adornos ni metáforas es un pilar básico de su propia cultura: a esta poesía la conocemos como haiku japonés.

Simpleza y naturalidad serían las dos cualidades más buscadas en sus versos. Simpleza de palabras, sin adornos, huyendo del laberinto gramatical, metafórico; y tambien naturalidad en esas palabras, intentando expresar algún sentimiento o vivencia siempre en la forma en que nos viene la idea, sin darle tiempo a nuestro cerebro a procesar lo que se piensa. Naturalidad en lo que se dice, escribiendo lo que entra por los ojos, la vida misma, la verdadera realidad, el presente, tal y como es, muy distinto al presente que estamos acostumbrados a describir. Tambien se ha descrito al haiku, como un cuadro en el que el poeta se queda fuera, expectante, observando, y nunca entrado en la acción, pues correríamos el riesgo de hacer un poema de nosotros mismos.

Existe una extensa cantidad de páginas especializadas donde se puede recopilar información de la estructura tradicional, el estilo, formato del haiku y aunque se ha occidentalizado mucho, siempre queda el destello poético, el instante.

El Haiku une estrechamente la vida con la poesía, lo real con lo irreal, lo cotidiano con lo fantástico, la naturaleza con la imaginación. El Haiku describe la vida en muy pocas palabras.





HAIKU DE OTOÑO




1
Manto de hojas.
Infinitos colores
en la retina.


2
Caen las hoja
bajo el sol del otoño.
Rumor del árbol.


3
Tierra y más tierra.
El silencio y la noche
lo abarcan todo.



4
No espero a nadie
¿Quién llamará a la puerta?
¡Puede entrar, viento... !



5
Gusano bajo
la roída madera.
Frágil cobijo.





6
Hojas sin árbol;
en silencio está el bosque,
un grillo canta.



7
Se arrastra una hoja
por el suelo de otoño,
con una hormiga.



8
Sol escondido.
Bella estampa de otoño
sobre mis ojos.



9
Sol despuntando.
Las ardillas del bosque
desperezándose.



10
Llenan mi vista
cáscaras de piñones
que hundo al pasar.






11
Hojas sin árbol
en el suelo yaciendo.
Hojas sin vida.



12
¡Qué colorido!
El suelo lleno de hojas.
Todo un arcoíris.



13
Crujen las hojas
como rotos cristales
mientras avanzo.



14
¡Sólo una hormiga!
Un cuerpo tan pequeño
para tanta hoja.



15
¡Cuánta tristeza!
Veo una fría ardilla
y un desnudo árbol.






16
Sol que se esconde
y el pastor al ganado
ya va guardando.



17
¡Qué maravilla!
Este sol tan rojizo
nubla la vista.



18
Mira la hormiga
cómo sabe que pronto
llega el invierno.



19
Pocos vencejos
se quedan en otoño.
Ya hacen maletas.



20
Nidos vacíos.
Las golondrinas marchan;
empieza el frío.






21
El sol de otoño
entre nubes de frío
queda filtrado.



22
Árbol desnudo.
Sus ropas en el suelo
también cobijan.



23
Marrones, ocres,
el arcoíris entero,
rojos y lilas.



24
Hojas que vienen,
viento de mil demonios,
hojas que van.



25
Hay una ardilla
bajo una manta de hojas.
Los dos nos vemos.






26
Saca el gusano
su alargada silueta
entre las hojas.



27
¡Qué raras formas
cuando el viento
las mece hacen las nubes!



28
Van dos hormigas
en sentido contrario.
¿A dónde la hoja?



29
Lluvias intensas
en este frío otoño.
Agua sobre agua.



30
Cuando aparece
esa neblina densa
se ve la nada.






31
Nubes pasando.
Las junta y las separa
el fuerte viento.



32
Niebla en mis ojos
al abrir la ventana.
¡Vaya mañana!



33
Aire ventoso
aviva la hojarasca,
la arremolina.



34
La tramontana,
las hojas de los árboles
arremolina.



35
La hoja ya seca
se desprende del árbol;
ya va cayendo...





36
Piñas, castañas,
todo el suelo está lleno.
Revive el bosque.




37
Toda una tarde
y el sol se deja ver
sólo un instante.




38
Noche cerrada.
La lumbre me hipnotiza
y el suelo cruje.




39
Sol que no viene.
Disfruto de lectura
junto a mi perro.




40
¡Cuánto ocre y rojo!
Al final del otoño
el sol se acaba.








martes, 17 de noviembre de 2009

VENDEDORES DE HUMO



Quién puede verlos.
Esa frente y ese temblor de labio,
como en una mala siesta.

Quién puede dibujar esas figuras de agua,
sin apartar el crin de los ojos.
El horizonte acaba justo al final del lóbulo.

Amanece despacio
y las brumas se van levantando
y los interrogantes no se mueven.

Y quién puede buscar intuiciones,
donde sólo hay presencias asustadizas,
rostros sin traza y baúles llenos de sombras sin cara.

Cómo baja el mercurio
y cuánto discurso arrastra su fuerza.
En sus orillas,
las palabras se escaman y se secan,
como piel de culebra.

Y cuántos ángeles labrándonos la piel,
buscando nuestra pupila con sus aguijones de abeja obrera.
Tienen dedos angulosos
y alas de superstición
y un garfio transparente donde quedan arponados los más desvalidos.

Cuánta anestesia en el colirio
y cuánta manta de fibra de nieve.
Y la verja cada vez más alta
y el aire ya seco y sin canciones.

Y cuántos ojos sin cuerpo,
buscando a ese personaje,
a ese aprendiz de dios
que viste trajes de humo en este mundo de tanto viento.

sábado, 14 de noviembre de 2009

DEFINICIONES



-POESÍA:
Principio, en el que al decir una cosa, debes de decir otra.

-IGLESIA:
Estancia donde la fe puede entrar, pero la razón no.

-CURA:
Persona que sabe mucho de fe, pero poco de biología.

-SILENCIO:
Es el sexto sentido. Aparece en las personas que saben inhibir los cinco restantes.

-RUIDO:
Sensación, no placentera, que se da cuando se oye mucho pero no se escucha nada.

-PLACER:
Chocolate.

-SUFRIMIENTO:
Aparece cuando no tienes algo y lo quieres o tienes algo y no lo quieres.

-DIOS:
La línea del horizonte.

-RELOJ:
Aparato que nunca está en hora. O marca demasiado pronto o demasiado tarde.

-SAL:
Tiene la virtud de realzar o camuflar, según convenga.

-FE:
Dar poderes. Infravalorarse uno mismo.

-TELEVISOR:
Aparato que si se mira apagado, gusta.

-POEMA:
Palabras encadenadas, que buscan en el lector el efecto físico de la acción-reacción. Habitualmente, la reacción no es la deseable.

-MUERTE:
Conspiración permanente de los demás hacia el afectado. Todos actúan como si no lo vieran.

jueves, 12 de noviembre de 2009

SUFRIMIENTOS DE UNA DAMA CUARENTONA



Y de la frente rezumaban cántaros de leche,
manaban hebras de jazmín y alfileres
por el estigma de los labios;
y una turquesa
enredada con seda verde de alga,
convertida en nenúfar valiosísimo para ella,
esperaba impaciente ese sueño
en el que el filo de sus manos alteran
su bien cuidado
jardincito de vorticelas.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

LLEGARÁ ESE DÍA


Los bueyes se nos aparecen muertos;
en sus patas llevan anudadas cuerdas de barro
y de su cuarteada piel sobresalen aguijones de preguntas.
Los bueyes son lentos y tienen cuellos hinchados y ojos esparcidos,
como el que testifica en su contra.
Un cabello también crece lento
y cuando cae, el aire se renueva
e incluso así,
con esa cadencia,
genera sombra y movimiento.
Todos los dioses nacieron de un cabello,
un único hilo,
comienzo de todo,
embrión y silencio,
madeja de rotas puntas
donde el fin es aparecer,
aunque sea en la intermitencia de un parpadeo
y usen ropajes deshilachados
y un perfil de rasgos puntiagudos.
Los bueyes, a solas,
se visten con sotanas y alzacuellos blancos
y caminan lentos, vaporosos,
como una digestión errónea
o el humo de una vela mal quemada,
y en silencio recogen presentes que encuentran
y preguntas que no contestan
y no saben que de su lengua bífida
ya les cuelga el día y la hora
de un presente sin dueño.

lunes, 2 de noviembre de 2009

MAR DE DUDAS

Siempre buscando la meta.

Siempre hacia delante,
atravesando viejas grietas y puntiagudas procesiones.
Siempre andando,
con estos zapatos tan pesados,
llenos de barros cuarteados y de historias imposibles.
Siempre queriendo ir más lejos,
más allá de las estrellas, o bebiendo del agua de los átomos,
con el libro de nuestra vida bajo el brazo.
Y siempre buscando el horizonte del destino
en una tierra que sabemos que es redonda,
donde el fin puede enlazarse con el principio,
como en una biografía.
Y siempre apaciguando el dolor del tiempo,
escondiendo los anillos que se van formando en nuestro árbol,
olvidando el fango que anega las arterias de la memoria.

Y nunca notar cómo vienen manipuladas las voces del pasado,
que nos recuerdan continuamente lo que hemos sido,
la voz auténtica que nos pertenece,
nuestras manos y nuestro aliento,
nuestros milenios acumulados.
Y no saber que la meta ya es pasado, que no olvido,
y no querer renunciar a ese destino,
tan borroso, pero invariable,
siempre camuflado entre la humareda de la lámpara,
entre estos dedos, ya deshilachados, de tanto mercurio y nicotina,
perdido, para siempre, en el epicentro de un horizonte.

Y nunca notar esa presencia,
esa sombra que creemos ajena,
que se ríe de nuestras miserias,
y se viste con retales, con los trozos de memoria olvidados en el tiempo,
y no notar que esa sombra,
esa vida que quedó inmortalizada con el primer llanto,
sigue ovillando, imparable,
los caminos que nos llevan a esa meta,
oculta en un mar de dudas, bajo el manto de un tiempo ya gastado.