miércoles, 13 de abril de 2011

AUTOBIOGRÁFICO

“Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura”; ese era el comienzo de mi gran obra, una novela de más de 500 páginas con las que pretendía dar el salto a la fama.
Llegada a la altura de la página 31, ese joven apuesto ya se había convertido, por arte del birlibirloque o, dicho más claramente en román paladino, en un regaña niños que siempre estaba refunfuñando pues se sabía, achaques propios de la edad, imposible de terminar sus últimos días en un apacible y discreto índice final.

12 comentarios:

  1. Me ha gustado ese final de discreto índice final. Bien narrado. Un abrazo grande.

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  2. es lo que pasa, la imaginación está llena de buenas intenciones; pero al escribir todo se vuelve complejo y pesado....los personajes se resisten con uñas y dientes a que los encierres en un papel... sin la suficiente motivación (casi inexistente en estos tiempos) raramente logramos terminar nada decente

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  3. Como la vida misma en muchas ocasiones.

    Un beso grande.

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  4. Algunos personajes tienen vida propia y se van volviendo maaalos.

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  5. Real como la vida misma. Supongo que es lo que nos pasa a la mayoría de nosotros.

    Al principio todo son buenas intenciones que según va pasando el tiempo, o van pasando los palos, se van olvidando o quedando atrás.

    Saludos

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  6. Refunfuñar te sale muy muy bien! Un beso

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  7. Somos aquello que hacemos y no lo que pensamos. ¿Cuántos sueños se quedan en la pagina 31?
    De cualquier modo se puede ser feliz siendo, que en definitiva es lo que importa.
    Saludos.

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  8. Las ideas de agolpan y los personajes también, pero huyen de nuestra mente sin pedir permiso y nos dejan algo desanimados.
    Suele pasar hasta en las mejores familias.

    Un abrazo

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  9. Cuantos grandes planes se quedan a medias !!!

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  10. Lo suficientemente breve como para darnos idea de la futilidad de los propósitos humanos.

    Un abrazo.

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  11. Triste es cuando el personaje envejece, pero más triste es cuando se marcha con otro autor.
    Un micro redondo, me gustó mucho

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  12. Estupendo. Tremendo en su cortedad, como debe ser.

    Un abrazo,
    Laura

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