LA CAMPIÑA
PEQUEÑA pero hermosa es la campiña
donde parece ahora concentrarse
toda la luz remota del origen.
El sol, puro y radiante, de este día
se filtra entre las ramas del verano
y traza claras formas geométricas
sobre la superficie de las cosas:
briznas dormidas bajo el verde tono,
guijarros escarpados, tallos de aire,
hormigas leves, trigo improvisado,
pájaros de agua, árboles del pan,
ortigas en quietud y miel de flores.
Cuánta delicadeza se nos muestra
suspendida en el tiempo, levitando
apenas un minuto, como si el mundo
contuviera un giro por nosotros,
y qué extraña manera de ofrecerse
tienen las cosas cuando guardo silencio.
La claridad del aire me traspasa,
arde dentro de mí su cálido espesor;
tejen así las lágrimas su seda
y mis ojos no pueden soportar
el peso de una tarde tan sublime.
Qué imagen prodigiosa de la vida,
qué tranquilo
lugar para el amor.
de “El minuto interior” Ediciones Rialp, 2010
Precioso poema, un hallazgo como siempre en este blog.
ResponderEliminarEs verdad, es un poema muy bonito. Todo el libro es recomendable.
ResponderEliminarUn abrazo.