jueves, 19 de diciembre de 2013

UN POEMA IMPROBABLE

                                     Foto de Alexander Rodchenko


No es definible la palabra río:
río es cuando nos llega su agua mansa;
también es cuando el agua baja rauda,
o sube en busca del renacimiento.
Tampoco es definible cielo:
cualquier nube interpuesta lo malogra.
Aunque si escribo cielo en un papel
puede que ese papel se tiña azul
y puede que aquel río indefinible
resurja bravo y curvo
y en sintonía queden río y cielo
atravesándose uno al otro
y lo que fue papel quedara en lienzo
de lo posible y lo probable,
de lo callado y de lo dicho.

El vacío tampoco es definible:
no existe como tal aunque está en todo.
Si ahora viniera el cielo y lo tapara,
o el río lo creyera sedimento,
si quedara el papel en blanco,
si quedara borrado todo,
¿no quedaría un resto de algo?
incluso si no hubiera habido nunca
río, cielo, papel o mano,
¿no quedaría entonces la posibilidad?
¿no somos eso nada más?
¿la posibilidad de lo improbable?

miércoles, 4 de diciembre de 2013

EL DON DE LO ALTERABLE

                               Imagen: Eadweard Muybridge - Plate 63 



Algunas sombras
parecen disponer de vida propia.

Contrariamente a algunas vidas
que son el lastre de su sombra.
Son arrastradas por su dueño
que a duras penas puede
cumplir el compromiso ineludible
de terminar su afán notorio.

Algunas vidas
y algunas sombras son intercambiables.
La decisión del intercambio
es exclusiva del que dice ser
el propietario principal.

Algunos hombres nacen con dos sombras:
la sombra de la vida,
que a su vez hace sombra al hombre.

El modo de salir del círculo
es dibujando sombras de un color
más blanco que lo blanco.

Para que ella no sea quien nos mueva.

Para que no seamos
la sombra propia de nosotros.
Para que quede así parejo el mundo.
Un mundo que es la sombra de otro idéntico.

domingo, 1 de diciembre de 2013

DOS CARAS PARA UN LIBRO




Hay libros que son sencillamente para leerlos. Otros, los menos, son para escribir mientras se leen. Eso, leer para escribir, es lo que ocurre con los poemas de Marian Raméntol Serratosa. Es tal el torbellino de metáforas que es literalmente imposible no acabar con un lápiz en la mano para anotar eso que la imaginación nos va dibujando.

Lo último que ha publicado es “Avui fosquejo morta”. Es un libro compartido con su sempiterna pareja Cesc Fortuny i Fabré, cuyo trabajo titula “El silenci plou sobre les pedres”. 
Es un poemario escrito en catalán, con dos caras, simétricas e independientes, donde cada autor tiene voz propia y la necesaria independencia como para que una voz no tape o menoscabe a la otra, pero donde se percibe la similitud necesaria para poder compartir un mismo libro. Ambos tuercen las palabras hasta el límite lógico, agrandando su significado hasta entablar una relación lúdico-cósmica con el lector. Son capaces de hacer uso de la metáfora, no para ahuecar el poema, sino para llenarlo de contenido. Ambos autores, espalda con espalda en el libro, se miran a los ojos y abusan de su dialéctica para significarse; al fin y al cabo, para hacerse visible el uno ante el otro. A veces con palabras amorosas, otras con un cierto odio hacia el mundo, el propio y el ajeno.

El buen lector sabrá encontrar esos canales, eso hilos, que cosen ambos mundos poéticos para hacer un todo, independientemente unido.
Es un libro en el que podemos vernos reflejados la mayoría de nosotros, pues somos nosotros, los lectores, los que definitivamente nos descubriremos, de una u otra forma, dentro de sus versos.

Sólo queda decir que el libro tiene ilustraciones de Federico Gallego Ripoll y un estupendo prólogo de Eduardo Moga. Lo edita Alvaeno.

Y para muestra, un par de botones:

IX

L´amor que duc entre cames
nafra els meus papers i els deixa sangosos
i pudents, tintant l´esguard de les nines de cera
que tot just han anestesiat
(amb els seus canins cavernosos)
el coll de tots aquests fills
condemnats a fer olor de llum tendra.       
                                                                      
                                                             de “Avui fosquejo morta”


PAISATGE

Ara has vist
la terra del mirall, afaitada
amb el full d´una flor,
els pobles buidats com les matrius de les velles,
làpides roges muntades a coll
d´una ombra que baixa. Pero has volgut
clavar la llum als esbarzers. No comprens.
La bellesa et mira
                             i desconfia de tu.
                                                                   
                                                  de “El silenci plou sobre les pedres”

Para saber más de los autores: