Ella sabrá lo que hace; al fin y al cabo es su vida. Siempre ha tenido unos gustos un tanto extravagantes pero llegar a salir con un tío calvo, con gafas, bajo y con barriga, vamos, que no le pega nada. Realmente esperaba bastante más de ella. Con lo maja que es y mírala, ahí, en el altar, a punto de hipotecar su futuro y eso que le he avisado: “piénsatelo, no tengas prisa…”, le he repetido infinidad de veces.
Yo, en cuanto me pregunte el cura, con decir el consabido “Sí quiero” ya se apañará.
Enhorabuena por la boda y por el relato (al yo ficticio y al autor).
ResponderEliminarMuy bien desviada esa mirada del lector hacia una tercera pareja cuando en realidad el narrador es el protagonista. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarGenial este micro amigo. Una delicada presentación y un desenlace inesperado pero genial.
ResponderEliminarDe cualquier modo ya sabes que las apariencias engañan y que seguro que ella ya eligió después de conocerte en lo que importa.
Un abrazo.
Querido José Antonio:
ResponderEliminar¡Qué virtuoso juego de equívocos con el lector y cómo te diviertes escribiendo! Te envidio.
Gracias por tu sensible correo, amigo.
Besos
Elvira
Genial!
ResponderEliminarFantástico José Antonio!!! me gustó muuuuucho
ResponderEliminarMuy bien conseguido el microrelato con un desenlace original y para nada previsto.
ResponderEliminarGenial...
Un saludo
jejejejejejeje muy bueno... has sido legal, ella ,avisada queda.
ResponderEliminarBesos
Cita
Un ojo puesto en la novia y otro en el cura, por si éste se echa para atrás.
ResponderEliminarSi es que con la Iglesia no hay quien se fíe, nunca se sabe ...
Muy bueno, despierta la sonrisa (doble bueno entonces)
ResponderEliminarPues dobles gracias!!
ResponderEliminarse habrá fijado en lo que hay dentro, dale la oportunidad, a lo mejor, sale hasta bien.
ResponderEliminarun saludo
Marina
Algún elixir habrá habido por medio.
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