AULA INAUGURAL
Verdad que en la Ilíada
no había tantos héroes
como en la
guerra del Paraguay…,
pero hablaban muy bien
y todos sus gestos tenían el ritmo de un ballet
por la cadencia de los metros homéricos.
Fuera del ritmo, sólo hay perdición.
Fuera de la poesía, no hay salvación.
La poesía es danza y la danza es alegría.
Baila, pues, tu desesperación, baila
tu miseria, tus arrebatos,
tus júbilos
y,
aunque temas inmensamente a Dios,
baila, como David, ante el Arca de la Alianza:
baila delante de tu fosa.
Teje coronas de rimas…
Mientras el poema no termina
la rima es como una esperanza
que eternamente se renueva.
Una canción, una simple canción, es una luz dentro
de la noche.
(Lo saben todas las almas perdidas.)
Un canto solemne es una antorcha entre tinieblas.
(Lo saben todas las almas perdidas.)
Baila encantado encantador de monstruos,
vencedor de las esfinges,
baila, poeta,
y bajo el aéreo, el implacable, el irresistible
ritmo de tus
pies
deja rugir al Caos atónito.
de “Intenta olvidarme” (Antología poética). Selección, versión y prólogo
de Enrique García-Máiquez. Ediciones Rialp, 2018.
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