La fotografía pertenece a JUAN BAUTISTA MORÁN, un auténtico artista de la imagen y de visita obligada para los amantes de la poesía visual.
Su enlace: http://juanbamoran.mifotoblog.com/index.php
Sólo el viajero sabe que la luz
que le ilumina, aquella luz colgada
del ventanal de una respuesta
que reverbera como un repetido auxilio,
aquella luz que le persigue,
sólo el viajero sabe
que es su destino, fin y meta
aunque sólo un destello ya apagado
haya quedado en la memoria,
en la retina, en su espesura,
un pulso repetido y muy lejano,
vencido en su eco, pero tan vivo
como para ablandar el párpado
y descorrer los pliegues del espejo.
Y esa luz que le vino, que no ve,
fundida en su elemento,
cubierta con la parte oscura de una manta,
esa luz que emborrona,
que esparce, que atosiga,
ya ha cerrado costuras y pupilas
cansadas de mirar las nubes,
todas con formas de candado
y un fuerte olor a óxido y alambre.
Siempre transmites, es que lo llevas dentro, y eso sale, quieras o no quieras, sale.
ResponderEliminarNo lo dejes, que nos tienes bien entretenidos.
José Antonio, me encanta tu poesía. Siempre me digo lo mismo cuando te leo. Tienes emoción y técnica. Transmites mucho. Me llegas mucho.
ResponderEliminarUn fortísimo abrazo.
Hermoso poema, me rezuma tristeza, final.
ResponderEliminarUn abrazo José Antonio
Con mi más profundo agradecimiento.
ResponderEliminarEsa luz de la que hablas tan necesaria como anhelada es como la llama que alimenta la mirada que descubre.
Tu blog, como te he comentado tiene esa altura de las colinas, donde uno reposa unos instantes mientras contempla paisajes, instantes, palabras transparentes que muestran tu hacer.
Un abrazo
Preciosa búsqueda de la luz, como la de los colores, y preciosa tu forma de expresarla, pese a la herrumbre que a veces nos invade...
ResponderEliminarGracias, por el poema y por el dato sobre Juan Bautista.
Bellos versos, con un ritmo perfecto en su caminar hacia la luz deseada, con la luz real alrededor.
ResponderEliminarHas sabido dotar a tu poema con una amplia gama de luces-sentimientos, que envuelven perfectamente a quien lo lee. A mí, particularmente, me deja un poso de esperanza, de que el camino es la búsqueda, y que la luz es el camino.
Un beso.
S.
La luz suele ser certera, afilada y a veces mortífera...
ResponderEliminarEstupendísimo poema, sí.
Abrazotes
Marian
Luces que se apagan, bueno, ya prenderán otras, digo yo...
ResponderEliminarBesos.
Uff, José Antonio. Qué bien lo has plasmado. El título ya me pareció muy bueno, pero, a medida que iba notando tu maestría para el retrato poético. Jo, hasta terminar en esas nubes, todas con forma de candado. Me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo
Cada verso es un regalo.
ResponderEliminarDe verdad que muy bueno.
Saludos.
Me encanta el ritmo del poema, sobre todo el final, casi deja sin aire.
ResponderEliminarbss
Solo un viajero puede percibir la luz de la vida.
ResponderEliminarInmóvil es imposible.
Buen fin de semana.
¡Qué bueno! De verdad, qué bueno es. Es demasiado profundo como para discernir lo que dice en una lectura.
ResponderEliminarLa luz como destino, pero no es la luz ansiada, sino de la que venimos y que ya no es más que una sombra de sí misma, una pura nostalgia que nos oxida el alma.
¡Ay! Me encanta leer poesía así... Gracias.
Laura
Se me olvidó: gracias por el link a la web de Juan.
ResponderEliminarRealmente bien coordinada con la foto, has construido imágenes en la imagen. Me fascinó el final por su dramatismo.Un abrazo José A.
ResponderEliminarGracias a tod@s por tan generosos comentarios y un agradecimiento especial a Juan Bautista Morán, autor de la fotografía, que sin la inspiración de esta, el poema hubiera sido otro.
ResponderEliminarGracias.