TONO MENOR
INESPERADAMENTE, esta
mañana
el corazón dormido se
despierta.
Desordena los planes,
te dispone
a disfrutar del día,
sin cuidado.
Qué diferente el
tiempo cuando puedes
mirar así, tranquilo,
verlo todo
por un azar pequeño
sucediendo.
Elemental presencia de
las cosas;
tú, con ellas,
dejándote llevar
por esta luz de marzo,
que te envuelve.
Un gorrión se planta
en la terraza,
picotea unas migas con
descaro.
Se inclinan con
dulzura las acacias,
sopla suave la brisa
que las mueve.
Los transeúntes pasan
por la calle,
con sus prisas
menudas, sus afanes.
Intentas acercarte,
conocer
su identidad, el fondo
de sus sueños.
Si lo piensas, es más
que suficiente
para abrazar el mundo:
la belleza
que en un tono menor
nos da la vida.
ESCONDITE EN EL REINO
REZUMA un dulce olor a encina
de las paredes de la casa.
Cristal de luz la claraboya,
su claridad gira despacio.
Esparce el tiempo perezoso
de una mañana de verano.
Ya son las dos. Se abre la puerta.
Te ocultas dentro del jardín;
en una estancia luminosa
que no conoce nadie. Llaman.
Está la mesa ya dispuesta.
Y te demoras, como siempre.
Te ganarás la regañina,
pero no importa: este es tu reino
y nadie tasa el tiempo tuyo.
En él hay cedros y palmeras,
más retirado un pino grande
junto al estanque de las carpas.
Han de crecer contigo. Luego
verán contigo arder el tiempo.
de “Tono menor” Libros
Canto y Cuento, 2017
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