Abrir los ojos
después de haber tenido un cierto sueño.
Despertar en un sitio extraño
donde la sombra abulta más que el cuerpo
pues el cuerpo es efímero y probable.
Abrir la transparencia de la mente
como quien abre un ventanal cerrado.
Así se airean los recuerdos,
incluso el renovado pensamiento.
Abrir la espita y esperar
a que la única gota caiga.
Beber de ella sabiendo que esa gota
es parte irrenunciable de una lluvia
que, a su vez, pertenece al sueño,
aquel del que creíamos ser
protagonistas únicos.
Dormirse con la sed colmada
por la gota.
Soñar
con una realidad que no es la nuestra.
Cuantas sensaciones nos trae un sueño, esa transparencia de la mente que va tentando sus caminos y que a veces nos abre un lumbral de otra realidad.
ResponderEliminarHe disfrutado leyéndote.
Un abrazo
Creo que tenemos cosas en común. También me gusta lo onírico y Escher. Puedes pasar por mi blog si te apetece, ahí cuelgo mis desvaríos :)
ResponderEliminarMe encanta tu estilo, las sensaciones misteriosas del existir se perciben diafánas.
ResponderEliminar"donde la sombra abulta más que el cuerpo"
ResponderEliminarMe ha calado especialmente este verso.
Eres profundo escribiendo.
Un saludo.
Supremo poema, precioso con fuerza con transparencia... gracias... un abrazo desde Bilbo
ResponderEliminarMuchas gracias a todas y a todos. Os abrazo!!!
ResponderEliminarescribes muy hemoso
ResponderEliminarGracias!!
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