martes, 29 de marzo de 2011

EL ARMARIO

A mi mujer no le gusta que le fastidie sus estrategias. Por eso, al abrir el armario y ver al abuelo, como dormido, entre mi ropa, no le dije nada. Tampoco le dije nada cuando fue la abuela la primera que apareció entre las perchas, y allí estuvo hasta que el abuelo fue a hacerle compañía. Yo, para no molestarla, me callo siempre, incluso cuando me crucé con el gato, y éste al verme dio un respingo y salió huyendo, despavorido, todo erizado, resoplando, como si se hubiera topado con una pobre alma en pena.

lunes, 21 de marzo de 2011

DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA

 Fotomontaje de Juan Bautista Morán
Mi pequeña contribución.

SONIDO DE UNA LETRA MAL ESCRITA

Tengo en mis manos el boceto
de una arrugada letra con despiste.
Quiere ella que la cuelgue de una esquina;
la más lejana, pide, al epicentro.
No sabe, aún, la pobre que el papel
donde se aloja está con un final
ya completado y he de decidir
si dar relieve a algún acento
algo rebelde o aplanar la línea insatisfecha.


Hay un sonido que me dice
que mejor es pasar de página
y no esperar a que la letra
renueve sus fisuras.


Algún poema habrá, supongo,
más adelante, hacia el final,
que deje escrito cómo perfilar
el borde de la sombra
aún tenue.

sábado, 19 de marzo de 2011

miércoles, 16 de marzo de 2011

¿QUÉ SERÁ, SERÁ?

-Totalmente.

-¿Ah, sí?, pues yo no lo tengo tan claro. Fíjate en los gestos y en los ojos. Esos ojazos me hacen dudar. Pero si se le intuyen unas largas pestañas, mira, míralas, rizadas que las tiene.

-Y usted qué opina, Doctor.

-No sé, yo preferiría esperar; es que con tanta raya. Ya les digo que el técnico de la antena está a punto de llegar. Les aconsejo que hagamos algo de tiempo. Bien, si quieren les tomo mientras la presión. ¿Qué brazo quieren?, ¿derecho o izquierdo?

miércoles, 9 de marzo de 2011

COCINILLAS

Con este amargor tan extraño que tiene el caldo, no hay quien se lo termine, me dice.

Sé que tiene razón, pero qué esperaba después de 30 años juntos, aguantándonos. Le digo que será el sabor de una especie rara que compré en la tienda hindú. Así se tranquiliza. Se queja, pero sigue comiendo. Yo observo la cara de asco que pone y me fijo en su retadora mirada con la que me abofetea, mientras sorbe con ruido las últimas cucharadas.

Yo, como si nada, me levanto. Sé que mi bilis ya ha acumulado suficiente condimento para prepararle un jugoso postre.

jueves, 3 de marzo de 2011

PALABRA DE HONOR

¿Por qué me mira así? Sólo hice lo que me pidió. ¿Por qué no le pregunta a ella? Ande, pregúntele, aunque seguro que no le dirá nada. ¡Qué bien la conozco! Mire cómo cabecea, cómo gesticula, pero ve, no dice ni pío. Todo pose, ¡si lo sabré yo! Sólo le pido que se atenga a los hechos, nada más, y, sí, efectivamente, no niego que me comiera su lengua pero insisto que fue ella la que me lo pidió cuando me dijo:
-Soy toda tuya, venga, cómeme enterita.
-Muy bien.
Y usted bien ha de saber que un contrato, aunque sea verbal, es un contrato.