Todo de otra manera
Porque Dios resulta tan claro que nada
nos explica,
porque saberlo todo supone no aclarar nada;
por todo ello, las causas del sufrimiento simplemente se
desconocen,
y tan evidente se vuelve su sinrazón, que han de ser por
entero genuinas
todas esas lágrimas que, cual lechones, corretean por los
rostros.
Porque los amores son tan hermosos que siempre resultan
imposibles,
a pesar de las cartas de siempre y de los susurros vertidos
sobre la página en blanco,
a pesar de los encuentros que conducen sucesivamente a lo
desconocido,
a pesar de la felicidad que de improviso se relame como un
ternero,
a pesar de esa muerte tan puntual que siempre llega a
destiempo,
aunque ya se sabe que es la muerte la que salva al amor de
morir.
Y restan aún las viejas cancelas que se abren a todas partes
y a ninguna,
junto a las cuales en alguna ocasión esperaste lo que
finalmente no vino:
el perdiguero que quería ofrecerte su pata para siempre,
la mariquita que anunciaba que al final no habrá guerra.
Pero Dios lo conoce todo mejor que nadie, es decir, de otro
modo,
y si en ocasiones satisface nuestros ruegos, es sólo para avergonzarnos.
de “Antología poética” Ediciones Rialp, 2009
Gracias. No conocía a este poeta. Me gusta,
ResponderEliminarEscribe una poesía sencilla y a la vez muy profunda. Me alegro que te guste.
EliminarUn abrazo Susana.