AGOSTO EN SU CIMA
AGOSTO está en su cima. El fósforo del sol rasca los montes. Las piedras crepitan a coro con las cigarras como carbón ardiendo. Duele la luz como si entrara por los ojos un estaño candente, y los oídos se consumen en su horno de laja. El cielo es tierra firme. La tierra se ha rajado el vientre, y se ve que le daban consistencia los pájaros del fondo. Tumbado bajo un olivo, sesteando en la hora vespertina, una espiga entre los dientes ha hecho un solo sentir de todo esto. Mi carne huele a ti y se sabe tuya, temperatura exacta del delirio.
De "Cuaderno de brotes". Editorial Pre-Textos.
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