Tengo una parte
de mí que no es de mí y que soy yo.
Es como yo sin acabar de serlo,
aunque ese yo, que es otro en mí,
esté dispuesto a ser mi yo.
Cada mañana, el otro, el yo,
el que apenas conozco,
aun siendo yo y estando en mí,
elige con qué yo nos levantamos
y dejo que él, aun siendo yo,
decida el mí que hoy nos ponemos.
El que soy yo o el que está en mí.
Así vamos,
yo delante y detrás de mí,
sin distancia entre el yo y el mí,
mi mismo yo.
de "Las mentiras de Platón"
somos y no somos depende del cristal con que nos miremos
ResponderEliminarprofundo verbo
saludos
Un poema muy interesante en el que las palabras sugieren lo mismo y lo distinto. Besos,
ResponderEliminarGracias, Elisa, Susana.
ResponderEliminarUn abrazo.