lunes, 7 de enero de 2013

POEMA

                                          Foto de Jan Saudek

Hay que atreverse
a estar adentro de sí mismo.
Como el que empieza con el pensamiento
a darle vueltas hacia lo anterior
hasta llegar al punto primero del origen.

Un pez queriendo ver su espalda,
o la hoja dando tumbos por el suelo
sin encontrar la suela que la frene
pudieran ser el signo de la vuelta
que acaba en el comienzo mismo.

Todo es ponerse en el principio del torbellino
y que el seco aire gire sin parar
hasta que el giro acabe en nacimiento.
Todo es dejar que caigan los fragmentos
hasta hacer de la nada
el estado anterior de su estructura.
Todo es hacer que lo invisible siga siendo
la parte más expuesta a los demás.
Todo es, tal vez,
atreverse a vivir sin el dedo que señala
hacia un lugar torcido,

ese lugar que es nuestro y no nos gusta.