LA PERA
HAY un momento en la madurez
en que te aburres, encolerizado
por tu mente mediocre,
aterrorizado.
Ese día el sol
deslumbrante te quema
y te hace sentir más desolado.
Pasa sutilmente como cuando una pera
se pudre de dentro afuera
y tú tal vez no lo adviertes
hasta que es demasiado tarde.
GALLETA
EL perro ha limpiado su cuenco
y su recompensa es una galleta
que yo pongo en su boca
como un sacerdote ofrece la hostia.
¡No puedo soportar esa cara confiada!
Él pide pan, espera
pan y yo con mi poder
podría haberle dado una piedra.
ABRIGOS
LE vi salir del hospital
con un abrigo de mujer sobre el brazo.
Evidentemente ella no lo iba ya a necesitar.
Las gafas de sol que llevaba no podían
ocultar su cara húmeda y su desconcierto.
Como una burla el día era brillante
y suave el aire para ser diciembre. Aun así
se subió la cremallera de su abrigo y se ató
la capucha bajo la barbilla, preparándose
para un frío irremediable.
de “De otra manera”. Edición y
traducción de Hilario Barrero. Editorial Pre-Textos, 2007.