sábado, 2 de julio de 2016

ANTONIO CABRERA. DOS POEMAS



CORTEZA DE ABEDUL

TRAJE a casa, hace tiempo,
un poco de corteza de abedul.
Aun reseca conserva la misma palidez
a la que fui a asomarme entonces, gris
de octubre y bosques fríos, lavado por las nieblas;
no ha perdido tampoco las trazas de aquel rosa
tenue. Está muerta                                
                           a la manera viva
de la materia vegetal, de corrupción difusa.

Traje a casa corteza de abedul 
para tener al lado, junto a todo lo mío,
una cosa que fuera lo contrario
a mí,
antídoto de mí, piel convocada
de algo que me enfrentó y toqué, salud
venida de lo ajeno, un bien sin aura,
el sello de un presente en su verdad más simple:
el árbol y delante yo, y un hueco
separándonos, aire separándonos.

Corteza de abedul que fue abedul tan sólo,
mientras yo, siendo yo, acercaba mi mano.




INSTANTE DEL CANTO RODADO
                 (Alto Tajo)

DESTACABA entre muchos. Me acerqué.
Un guijarro cilíndrico y ferruginoso.
Pensé en las consabidas coincidencias,
en los años, los siglos, los milenios
que se necesitaron para darle
la cualidad aquella, la pátina oxidada
que me hizo descubrirlo.
Y pensé en la madeja
que habría estado devanando yo:
qué senda en garabato,
qué inconscientes distancias
se habrían ido tejiendo
hasta ponerme en su proximidad.
Sobre mi mano, solo, recibía
toda la luz de la mañana hincada
en la orilla del río.
De sus imperfecciones derivé
cristales inconclusos. De sus grietas,
excusas geológicas. Era una esquirla más
del Todo, pero daba a esa totalidad
un papel secundario.
                            Se exhibió tan concreto
que me obligó a eludir cualquier insinuación
de existencia sumada.
Se reunía en sí sobre mi palma,
en pedestal, severo. Su color
-una herrumbre muy bella, ya inmutable-
lo mantuvo cerrado a la tensión
del agua fragorosa y de los farallones,
como si no contasen.
El rumor de los pinos se desleía en torno.
Mi mano no era nada. Yo fui nadie.


                                     de “Corteza de abedul”. Tusquets, 2016