NATURALMENTE
SIN aspavientos,
sin reclamar la admiración de nadie
sobre el oscuro océano tiene el aire sus vastos territorios.
Tranquilamente habita donde habitan mis sueños.
El negro mar que impone y apasiona;
el nocturno, el profundo,
el negro intenso mar reside en la distancia.
En mis sueños amables y en los temibles sueños
viajo a las aguas mansas, hondas, predecibles,
rondo los infinitos abismos del delirio…
Y acariciando el agua que para mí es quimera
el aire viene y va
sin aspavientos.
de “Te
doy el mar” Ediciones Rialp, 2019