sábado, 17 de febrero de 2018

DOS POEMAS DE ANTONIO CÁCERES





TONO MENOR

INESPERADAMENTE, esta mañana
el corazón dormido se despierta.
Desordena los planes, te dispone
a disfrutar del día, sin cuidado.
Qué diferente el tiempo cuando puedes
mirar así, tranquilo, verlo todo
por un azar pequeño sucediendo.
Elemental presencia de las cosas;
tú, con ellas, dejándote llevar
por esta luz de marzo, que te envuelve.

Un gorrión se planta en la terraza,
picotea unas migas con descaro.
Se inclinan con dulzura las acacias,
sopla suave la brisa que las mueve.
Los transeúntes pasan por la calle,
con sus prisas menudas, sus afanes.
Intentas acercarte, conocer
su identidad, el fondo de sus sueños.

Si lo piensas, es más que suficiente
para abrazar el mundo: la belleza
que en un tono menor nos da la vida.




ESCONDITE EN EL REINO

REZUMA un dulce olor a encina
de las paredes de la casa.
Cristal de luz la claraboya,
su claridad gira despacio.
Esparce el tiempo perezoso
de una mañana de verano.

Ya son las dos. Se abre la puerta.
Te ocultas dentro del jardín;
en una estancia luminosa
que no conoce nadie. Llaman.
Está la mesa ya dispuesta.
Y te demoras, como siempre.

Te ganarás la regañina,
pero no importa: este es tu reino
y nadie tasa el tiempo tuyo.
En él hay cedros y palmeras,
más retirado un pino grande
junto al estanque de las carpas.

Han de crecer contigo. Luego
verán contigo arder el tiempo.

                de “Tono menor” Libros Canto y Cuento, 2017

lunes, 12 de febrero de 2018

DOS POEMAS DE RUBÉN MARTÍN DÍAZ





CALMA

El viento está en la hoja
que se mece a sí misma
mientras cae.

La hoja está en la hoja,
recorrida de viento,
silenciosa de polen,
bajo el pulmón celeste
de los cielos.

Que nada enturbie nunca
el pacto de las cosas,
la sensación de calma
cuando mueren.


EN LO PROFUNDO DE TU SUEÑO
                                              
                                           A mi hijo Hugo

Antes de entrar
te miro en lo profundo de tu sueño,
en el remanso incierto de sus aguas,
y respiro apacible,
tranquilo,
feliz.

Después entro en mi cuarto
como un vulgar ladrón entre las sombras
y hallo en un cuerpo tibio
la ausencia de tu madre.

Qué sencilla aventura
os lleva de la mano hasta otro tiempo,
otro lugar remoto en el que ser.

Apenas me abandono al frío espacio
de sábanas revueltas,
la noche ocupa el hueco de mis ojos cansados.

Y os descubro esperándome en el sueño,
agitando a lo lejos vuestras manos
manchadas por la luna,
tropezando de amor en vuestras risas
alzadas por el viento.
Y pienso,
lenta y conscientemente,
que el mundo es un lugar purificado
-como un lienzo sin óleo-
detrás de las estrellas.

                  de Fracturas”. Editorial Nausícaä, 2016