viernes, 26 de octubre de 2012

PUENTE DE BROOKLYN

                                Martin Lewis, 1931, Rainy Day Queens, puntaseca



Entre las dos orillas, apretando,
como una cicatriz endurecida.

Con forjado de hierro, el puente
espera un día no nublado
y que ningún suicida se le acerque
con la costura del bolsillo rota
del peso de unas tuercas oxidadas
llevadas como un lastre, por si acaso.

Arriba, en lo alto de una viga,
justo en la cara del vacío,
la que da a la intemperie, a la inclemencia,
una hormiga retoma el viaje
de vuelta, divisada al fin, la línea
que le señala el fin de su aventura.

El cielo sigue azul celeste
a pesar de que una ola se hace grande
y ya hace sombra oscura.
                                                           
                                                    de "Brooklyn"

martes, 2 de octubre de 2012

UN POEMA ROTO

                                     Fractal de Àlex Fernández Bellido

Hay dos sentidos contrapuestos.
El de la huella de un zapato
que nos indica el signo del avance,
o el de esa misma huella vista del revés.

También la vida tiene dos sentidos,
siendo el sentido de la espera
el más cómodo.
Está el sentido del vacío,
como una huella sin su pie.
Aunque también
pudiera haber sentidos sin sentido:
el que el cordón izquierdo abroche a su coetáneo,
o que, tal vez, no tuvo pie el zapato,
o que hubo pie, pero era de otro cuerpo,
o que era un cuerpo sin extremidad,
o lo visible de una amputación,
sentido inverso
del signo, ¿o no hubo signo?

Pues la vida es sentido e indecisión:
sentido de sentir
esas dudas de haber estado
al menos vivo,
la indecisión
de elegir el camino que nos cruza
en su momento justo.
Aún sin saber
nunca si en el lugar más apropiado.