Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa. Esta fila, le aclaro, es para devoluciones. Y como ve, está vacía, cosa que demuestra que nuestros clientes están totalmente satisfechos. Si le soy sincero, llevo trabajando aquí varios milenios y nadie me ha pedido nunca el reembolso de su dinero.
Yo sólo quiero aprovechar la jornada de puertas abiertas que realizan ustedes, le contestó el inmaculado personaje, mientras se atusaba su blanca barba.
Pues nada; entonces, pase, pase, mientras yo le preparo la hoja de inscripción, que disfrute la visita, le contestó el enanito con rabo y con olor a azufre, apartando las incendiadas cortinas de la entrada.
Dichoso concursito!
ResponderEliminarMMM a ver en que cola estaríamos nosotros jeje
ResponderEliminarPero no entres!!! o si... mmm
ResponderEliminarSi nadie pide la devolución por algo será, no?
Besos
Cita
¿No me digas que hay cola para entrar en el infierno?
ResponderEliminarBesosssss.
Lo más curioso es el personaje con barba blanca, él ya sabe cómo es éso. Por qué querría entrar ?
ResponderEliminarSe habrá cansado de sembrar imposibles ??
Genial.
Un saludo.
Como siempre, delirante hasta la extenuación, mi querido José Antonio.
ResponderEliminarEstos del concurso van a acabar con mis neuronas, no es que hubiesen muchas antes, pero vaya, que me gusta conservarlas...
Después de leerte, me digo: ¿Tongo?
Comprobaremos mañana al señor o señora gana@r.
Abrazos!!!
Querido amigo:
ResponderEliminarGenial e inquietante, como siempre, tu microrelato. ¡Qué broma si los dos personajes coexistieran de verdad y compartieran el caos!
Ha recibido tu grato e inesperado envío, que he leído con avaricia, sin digerir intelectualmente. Dame unos días (está aquí mi hija, que vive en Londres, a la que quiero dedicarme en cuerpo y alma), y te responderé más tranquila.
Un fuerte abrazo
Elvira
Siempre dejando ese saborcillo y esa "continuidad" que se intuye, pero se ignora.
ResponderEliminarEres uno de los grandes.
yo nunca las hago, me niego
ResponderEliminarUn microrelato digo de cualquier premio que se digne. Sabes cómo condensar las historias sin dejar nada al azar.
ResponderEliminarSaludos
Me reitero en lo que te dije; absoluta y rotundamente cierto. TONGO!!!
ResponderEliminarHe leído el micro ganador y casi caigo en redondo, no encuentro por dónde cogerlo, no es que sea sencillo, es que és simple, anodino y más de lo mismo.
En cuanto a los otros dos,ni frío ni calor, tú ya me entiendes...
Pero por favor, tú sigue deleitándolos como siempre con tu narrativa, que no hay mayor premio, que leerte.
Abrazos José Antonio.
Tienes razón, Maite. Esta semana, para mi gusto, el micro ganador está algo escaso de recursos. No lo quiero desmerecer pero a mí tampoco me ha dicho nada. Supongo que en estos concursos donde se presenta tanta gente, el problema puede estar en el filtrado de los trabajos y despues los que tienen la decisión final pues deciden sobre lo que tienen.
ResponderEliminarUn abrazo y espero que nos veamos en la final, je, je.
José Antonio !
ResponderEliminarPrimero, a no preocuparse con esto de los micro relatos sin premiación, los ganadores siempre dependerán del gusto que tenga el jurado y obviamente generalmente no coincide con nuestro gusto.
Segundo, qué inquietante relato y qué sutil (al menos en nuestra tierra) aquello de "la cola y el rabo"... aquí se uniría el hilo conductor de ese título.
No puedo expresar cómo me agrada ese incendio de cortinas... cómo abre mi imaginación.
Para cola, ya sabes, te acompaño con uno breve
desde la cola...
todos me miran,
sin más que ver
Te dejo un abrazo muy fuerte.
Gracias, Mirta. Efectivamente, el título va con ese doble sentido y además estoy contigo que la frase de las cortinas es la mejor, diría, la única que se salva de la quema.
ResponderEliminarGracias por el haiku, un momento bien captado (hay que decir que eres una experta)
Te dejo uno donde la dichosa cola significa lo otro.
En el corral
espantando las moscas
mientras rumía.
Un fuerte abrazo.
Si nadie protesta en el infierno, entonces es que es nuestro destino, o nuestro medio natural. Lo extraño sería ingresar en el cielo, ¿no?, ese sitio que sabemos muy bien en qué consiste.
ResponderEliminarGracias, José María. Al cielo le debe de pasar como a las acelgas, que son buenas pero nadie las quiere.
ResponderEliminarGracias por pasar.
Te luces...
ResponderEliminarcon tres cuatro palabras, y sin nombrarlo, declaras de que va la cosa.
Me encanta.
Ahora, porque dichoso concurisito?
has quedado con este?
Saludos ;)
Interesante microrelato, sencillo y profundo.
ResponderEliminarLo del cielo debe ser aburrido, seguro que allí hay cola para las devoluciones.Será que nuestro destino es el infierno?
Un abrazo
Cómo eres de tradicionalista, el bueno es idéntico al bueno y el malo idéntico al malo. A mí me gusta más este infierno. Un abrazo grande amigo.
ResponderEliminarCreo que a "estas alturas" ha quedado claro que el tipo de la barba blanca es un espía "como caido del cielo" que viene a saber por qué la competencia tiene tanta clientela. ¿Problemas de "marketing"?.
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