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Me veía mayor, de edad incierta,
invertebrado e inaccesible,
como una cáscara de nuez madura.
Me notaba penumbra, polvo
acumulado en una frase
escrita con las prisas de una huida.
Todas las noches me lavaba
con la nieve sobrante de mis uñas
y descansaba con la puerta abierta,
peinado, perfumado, terso y firme,
con la esperanza de que entrara
sin llamar ese espacio que me falta.
Nunca pedí la partitura, sólo
la nota estrábica que afloje el nervio,
sólo una manta fina
que evite el picoteo de los pájaros,
una brasa encendida, sólo,
acomodada en la penumbra,
que aleje algún ladrido asilvestrado,
sólo quise certezas pocas
ni triunfos pero sí que los cuchillos
escondieran su filo para dentro,
como quien guarda sus vergüenzas
Y entonces apareces, tú,
y se abre el imperdible
y empiezan a soltarse las pestañas
y caen las grapas por su peso
y tanta nube se ha formado
que tapa la pregunta que me queda
mientras dejo secar el montoncito de sal
en el anonimato de un bolsillo.
Sólo te oculto que la luz que ves
es la que al pozo se le escapa
cansado de apretar los labios
de una boca sin lengua y sin festines.
Mas dejo que tu red me abarque
puestas a evaporar las sílabas.
Me acojo a la tormenta que me llueve
y me sana.
Un onírico y deslumbrante poema, por sus formas, su brillante asociación de palábras, ese surrealismo mezclado con sentimientos bien definidos y esas metáforas que no se como se te ocurren, hacen que leerte sea siempre motivo de aprendizaje.
ResponderEliminar"Que los cuchillos escondieran sus filos para adentro" es algo memorable, dan ganas de llevarse uno puesto.
Felicitaciones amigo, nunca defraudas.
Consigues mezclar la belleza de las metáforas con la reflexión. Tu poema siempre gira de manera perfecta.
ResponderEliminarY como tú: "me acojo a la tormenta que me llueve y me sana"
Un abrazo,
Amigo José Antonio, he leído este poema varias veces y te voy a contar lo que me ha sucedido. En una primera lectura he sentido que me enfrentaba a las palabras. Después, esa cascara aparentemente dura, ha ido perdiendo corteza hasta quedarse en una suave envoltura y más tarde, después de repetidas lecturas, lentas, parsimoniosas, los sentimientos y las palabras que has utilizado para exponerlos, me han rodeado con una nube tibia que me ha hecho sentir en el mejor de los lugares.
ResponderEliminarCon mucho, este es el mejor poema tuyo que he leído.
Realmente apabullante de ritmo, con unas metáforas increíbles y un tempo perfecto.
Eres un gran tipo y un excelente poeta.
las imágenes que utilizas en tu poema son muy abiertas y evocadoras, lo cual permiten al lector tener la puerta abierta a contactar con su propio imaginario. Considero que esto es importante en cualquier manifestación artística.
ResponderEliminarAlguna vez te pasaste por mis blogs, te invito a que lo vuelvas a hacer, quizá te interesen algunas de mis palabras o de mis movimientos.
Un cordial saludo
He pagado por libros de poetas "consagrados" que no te llegan a la suela de los zapatos.
ResponderEliminarEs una delicia leerte.
Un privilegio.
Gracias por compartirlo.
Saludos.
Querido José Antonio:
ResponderEliminar¿Por qué no escribes más poesía? Creo que ésta es el cauce natural de tu brillante talento para deslumbrarnos con la sutileza de sus metáforas como un río cuajado de luceros.
Siempre te busco para leerte, y disfruto mucho
la ironía de tus comentarios que siempre me hacen sonreír. ¿Dónde puedo comprar un libro tuyo?
Un fuerte abrazo. Elvira
Un poema que me resulta precioso de principio a fin, que describe un estado de conciencia que me llega de un modo especial.
ResponderEliminarEstos tres versos me parecen bellos a rabiar:
"Me notaba penumbra, polvo
acumulado en una frase
escrita con las prisas de una huida."
Gracias por el disfrute, José Antonio.
Me alegra muchísimo que haya llegado el poema. Salió así, mirando el fotomentaje de Juan Bautista, que es una maravilla.
ResponderEliminarAbrazos.
Vamos a salir de la tormenta y regresar en letras.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Alicia
cansado de apretar los labios
ResponderEliminarde una boca sin lengua y sin festines.....
a veces me siento así
Bellas palabras evocadoras de sentimientos encerrados en cadenas de matáforas bien definidas.
ResponderEliminarMe encanta la perspectiva que das desde la percepción de la imagen.
Un beso
Atrapa el poema desde el principio, el ritmo mece mientras las imágenes sugeridas en tus metáforas van dibujándose; algunas atrevidas y desafiantes, otras subyugan, y el final empapa (genial esa lluvia que sana).
ResponderEliminarMuy bueno, Jose Antonio.
Un beso.
Críptica y masculinamente erótico. No importa cuán intenso sea el debate: los hombres y las mujeres procedemos de planetas diferentes, independientemente de subtendencias y de credos. Y no lo veo como algo necesariamente negativo ni peyorativo para uno u otro género. Somos, simplemente, diferentes en la forma de manifestar ciertos sentimientos y de enfrentar ciertas situaciones y deseos. Tu poema es ejemplo de ello: se palpa en él el pene y el pulso de la sangre que le engrosa las venas. El romanticismo va para más tarde, para cuando se aquieten los fuegos y sea la hora de los susurros y de las risitas a media voz y en la penumbra. Llevabas tiempo sin publicar, pero has regresado vertical y triunfante. Y no me digas que el comentario es más largo que el poema: no eres de esos poetas que pueda explicarse con dos adjetivos y un formulismo. ¡Jajajajaja! Eres una delicia, José Antonio, a pesar y tal vez, precisamente, porque eres creativamente intelectual y por momentos, herméticamente inalcanzable. Un gran abrazo, hombre del cerebro de platino, y muy feliz fin de semana.
ResponderEliminarpreciosa forma de escribir, bello me inspira muchas cosas hermosas..
ResponderEliminarun beso
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Tienes una inteligencia emocional, que en cuanto se desprenden de tus dedos las palabras, cada vértice de ellas, lleva en sí, la más asombrosa recreación de la vida desnuda, la que no se muestra temerosa o frágil, siendo pudiente y arriesgada siempre, visceral y contorsionista, siempre en la cuerda floja, pero siempre valiente y osada.
ResponderEliminarEste poema és maravilloso, José Antonio, sigue cuidando el descuido fortuito de tus letras.
Enhorabuena.
Besos.
en este caso yo hubiera puesto a humedecer el montoncito de sal en el bolsillo, en lugar de dejarlo secar...je je...Amigo mío: no sé como expresarte lo que me ha gustado este poema. Creo que con eso te lo explico. Abrazos.
ResponderEliminarHermosísimo poema que te envuelve y te traslada a un espacio lleno de añoranza y sueños. Me ha encantada el ritmo de sus versos.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Puede ser que te viera ayer?
ResponderEliminarEs cierto, tus poemas son una mezcla de metáforas y hermosas palabras. Hace meses, tenía que leerte cinco o seis veces. Hoy, me he acostumbrado a tu personal forma de escribir poesía, y no sólo me parece espléndida sino que ya no necesito apenas releer. Ahora siempre busco ese mensaje "oculto" que esconden tus versos.
ResponderEliminarUn placer leerte, siempre.
Besossss.
Elena, no sé tu correo y te contesto desde aquí.
ResponderEliminarSí,nos vimos ayer. Para mí fue un día estupendo y una experiencia nueva. Me lo pasé muy bien y espero que podamos seguir en contacto para saber cómo nos va. Yo ya sabía algo de ti pues tengo tu blog localizado, pero, fíjate, en persona no te identifiqué.
Ya han colgado el evento por internet.
Un abrazo y a ver si coincidimos otra vez.
¿Conseguiste llegar a Toledo?
También la alegría es un lugar de tormentas.
ResponderEliminarMaestría en el uso de la imagen. Es una delicia bucear por tus versos. Siempre lo digo.
ResponderEliminar"Y entonces apareces, tú,": ese verso es una espita que deja escapar, creo, los mejores versos del poema. Es estrofa vuela sola.
Un beso
Laura