miércoles, 5 de mayo de 2010

CANTANDO BAJO LA LLUVIA


La de los días de lluvia que he soportado; chaparrones y tormentas que ni el mejor y mayor paraguas podía aplacar. Pero lo que más me molestaba eran esos días de agua tonta que caía, que sin mojar demasiado conseguía, al fin, dejarme el corazón encogido por no haber buscado antes algún resguardo.
Ahora, desde que compré un buen impermeable y te pedí la llave de mi casa hasta me permito saltar sobre algún charquito, e incluso mirar hacia arriba cuando llueve y notar el sabor salado de mis lágrimas.

20 comentarios:

  1. ayer fue la primera lluvia del año y busqué las pequeñas gotas que bendicen la vida.

    ResponderEliminar
  2. Pues en este hemisferio no para de llover. LLevamos dos días que casi no para; hoy parece que se aclara.
    Gracias, Gonzalo.

    ResponderEliminar
  3. Lo entiendo como una estupenda y nada fácil metáfora. La lluvia como tristeza, la peor la que te cala poco a poco... tener las llaves da confianza para, de vez en cuando, mojarse e, incluso, aceptar el propio llanto como algo natural.

    Es un retazo de alma precioso.
    Besos
    Laura

    ResponderEliminar
  4. Calabobos del alma. Lluvia de lágrimas. Humedad en el corazón.
    Por cierto, nunca me cansaré de ver esa peli.

    ResponderEliminar
  5. Cuando la lluvia empapa de tristeza, quizá encontró la puerta abierta... me gustó esa parte sumergida.

    Besos.

    ResponderEliminar
  6. Ese tiempo de lluvia tonta, de agua que apenas moja, ese es el tiempo que más abatido deja el corazón. Los minutos pasan tan lentos que una tarde se hace un infinito húmedo y triste.
    Todo un texto magistral.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  7. Me atrajiste con el título, es una escena encantadora la de esa película, que has aprovechado muy bien para elaborar tu bonita prosa poética que desata un final que sorprende.
    Siempre que llovió, paró... hasta que un día se rompa la regla general , para darle validez con la excepción.
    Un abrazo, compañero

    ResponderEliminar
  8. Ah, José Antonio, qué glorioso poemita horizontal. Haces poesía incluso, tal vez, cuando no la buscabas como medio de expresión. Mi relación con la lluvia, con el agua, es antológicamente paradójica y disfuncional: me causa melancolía, inclusive tristeza, pero las adoro y ciertamente me inspiran... Un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar
  9. La lluvia, que cala como los más profundos sentimientos, solo que estos se quedan, y el agua de la lluvia, se va.

    ResponderEliminar
  10. Gracias por la sonrisa.
    Me gustan los finales felices.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  11. Sonrío y, además, hoy no llueve, ni hace viento, ni hace frío y ¿las llaves? Siempre se pierden por ahí, pero siempre las encuentro. El texto como pretexto. La lectura de tus palabras siempre inspira. Abrazo azul y gracias

    ResponderEliminar
  12. Suerte que tus ojos aun llueven,
    suerte de saborear esas lágrimas,
    yo ya no recuerdo su sabor...
    las perdí todas un frio día de verano.

    Precioso.

    ResponderEliminar
  13. Qué bueno que tienes impermeable y llaves y que la lluvia se ha vuelto salada y apetitosa.La consigna es la vida. Un abrazo José Antonio.

    ResponderEliminar
  14. Prefiero un diluvio de media hora antes que cien días de constante y fina lluvia.

    Besos, José Antonio.

    ResponderEliminar
  15. Uy uy... alejarse demasiado tiempo de según que rincones es peligroso, uno se pierde parte de un mundo imperdible.

    Un abrazo
    Marian

    ResponderEliminar
  16. Cuánto puedes decir con tan pocas palabras! Tu texto me ha parecido magistral. Esa lluvia a la que llamas tonta y yo abúlica me produce un meláncolico estado de letargo, en cambio esa que viene siguiendo a la tormenta, alborotada y ruidosa, que golpea sin piedad los cristales, esa, me gusta y llena de energía. Cariños. Te seguiré leyendo. Gracias por tu comentario en mi blog.

    ResponderEliminar
  17. Es cierto eso de la lluvía tonta. En São Paulo hay una lluvía así, típica de cierta epoca del año y que se arrastra durante semanas. En los primeros días hasta es bueno salir por la mañana y sentir el rocío en la cara, pero al pasar de los días va nublando el corazón y llenando de melancolía la mirada.

    Ese pequeño texto es simplemente una delícia. La sensación es de que te lleva con el ritmo de una ola. Y me encanta la frase final, me doy cuenta de que en tus escritos siempre habitan sutiles sorpresas.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  18. Es lo que tiene la lluvia
    que enmascara tristezas
    y falta de higiene.
    Me gustó tu blog,
    me dio por divertirme leyéndote.
    Un placer

    ResponderEliminar
  19. Gracias a tod@s por los comentarios. Este microrelato lo envié a un concurso de la Cadena Ser, lógicamente, sin ningún éxito.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  20. Que bonito eso que escribes, lamentablemente es la lluvia la que ha causado grandes estragos en mi país, pues ha dejado sin hogar a miles de familia y sin alimentos a la miad del país.

    Pero dejemos las tristezas, pues me encano que veas la vida de otra manera, un saludo.

    ResponderEliminar